Las constelaciones son agrupaciones de estrellas brillantes. Estas son útiles para la orientación en la bóveda celeste e identificar una región de la misma.
El interés desarrollado hacia las estrellas de los pueblos antiguos estuvo enfocado principalmente hacia la práctica. Aún sin comprender completamente esos puntos brillantes en la bóveda celeste, lo antiguos trataron de asociarlas y formar figuras que les brindaran algún significado. Ya fueran nombres de deidades a los cuales adoraban o basados en la persona que las identificaban, las constelaciones cobraron vida y significado.
Estas agrupaciones de estrellas eran usadas principalmente para la orientación en los viajes. Además, con fines agrícolas podían marcar cuál era el momento adecuado para sembrar o recoger una cosecha específica. Pero sin lugar a dudas, el objetivo principal de las constelaciones era el fin religioso.
En este artículo os explicaremos qué son las constelaciones y su utilidad práctica en la actualidad.
¿Qué son las constelaciones?
Se le da el nombre de constelación a la selección de una agrupación de estrellas brillantes. Estas sirven para identificar un área de la esfera celeste y una orientación en el espacio. Muchas de estas constelaciones fueron establecidas hace miles de años. En una constelación las estrellas se observan visualmente agrupadas. No obstante, el establecimiento del grupo y de sus límites es a criterio y convenio de los astrónomos. Sus estrellas están a diferentes distancias de nosotros, las de más luminosidad pueden estar cientos o miles de veces más distantes que las más cercanas.
La imagen de una constelación no se conforma como la imagen de la Luna llena, pues la luz que usted percibe de las diferentes partes de la Luna fue emitida casi a la vez. Al formarse la imagen de una constelación nos llega luz emitida en diferentes tiempos, según la distancia que la luz tiene que viajar desde cada una de las estrellas hasta nosotros.
Nomenclatura de las constelaciones
Muchas de las estrellas brillantes que forman las constelaciones tienen nombres que se les atribuyen a los caldeos, a los egipcios, a los griegos, a los romanos y a otras culturas antiguas. Nuestros antecesores asociaron esas estrellas brillantes a otras próximas dando al conjunto una forma o figura. En estas forma creían ver representados los contornos de objetos o animales que les eran conocidos o a personajes de los mitos y leyendas.
Unas 47 de las 88 constelaciones que se definen hoy día, ya se mencionaban en las obras de Homero, Eudoxio, Hiparco y otros autores atribuyéndoselas a la mayoría un origen mitológico. Esas constelaciones eran las siguientes: Osa Mayor, Orión, Toro, Can Mayor, Boyero, Osa Menor, Dragón, Hércules, Acuario, Capricornio, Sagitario, Flecha, Delfín, Liebre, Erídano, Ballena y Pez. Además estaban las constelaciones Austral, Corona Austral, Centauro, Lobo, Hidra Hembra, Copa, Cuervo, Balanza, Cabellera de Berenice, Cruz del Sur, Caballo menor, Corona Boreal, Ofiuco. Por otro lado nombraron también a Escorpión, Virgen, Gemelos, Cangrejo, León, Cochero, Cefeo, Casiopea, Andrómeda, Pegaso, Carnero, Triángulo, Peces, Perseo, Lira, Cisne, Águila y Can Menor.
Hoy día, incluso personas de mucha imaginación, no ven en la disposición de las estrellas en una constelación el objeto o personaje que pretenden representar. Así, por ejemplo, la Osa Mayor se parece más a un carro o a una sartén que a una osa.
Nuevas constelaciones agregadas a las antiguas
Con posterioridad fueron agregadas a la lista otras constelaciones, en ocasiones de forma un tanto arbitraria, con el objetivo de completar los restantes sectores de la esfera celeste.
Así en el catálogo del astrónomo Johannes Bayer, publicado en 1603, aparecen las siguientes: Pavo, Tucán, Grulla, Fénix, Pez Volador, Hidra Macho, Dorada, Camaleón, Ave del Paraíso, Triángulo Austral e Indio. Todas corresponden al hemisferio celeste Sur, recién descubierto por los navegantes europeos de aquella época.
A fines del siglo XVII en el catálogo de Hevelius se adicionaron las constelaciones. Estas era: Jirafa, Mosca, Unicornio, Paloma, Lebreles, Raposa, Lagarto, Sextante, León Menor, Lince y Escudo.
Otra adición fue hecha por el astrónomo francés Lacaille en su catálogo de 1752. Estas fueron: Escultor, Hornillo Químico, Reloj, Retículo, Buril, Pintor, Altar, Brújula, Máquina Neumática, Octante, Compás, Telescopio, Microscopio y Mesa.
Relación definitiva de constelaciones.
Algunas constelaciones más fueron agregadas al catálogo original. En el año 1922 la Unión Astronómica Internacional, en un congreso celebrado en Roma, estableció una relación definitiva que incluía las 83 constelaciones detalladas con anterioridad. Ademas, se incluían las constelaciones nombradas como Quilla, Popa, Vela, Ofiuco y Serpiente. Esta última existente en mapas antiguos, para un total de 88 constelaciones.
Para cada una fueron determinados sus límites precisos y se definieron los nombres latinos respetándose los originales, con sus abreviaturas y traducciones a varios idiomas, entre ellos el español. Para establecer los límites se emplearon formas geométricas, manteniendo en lo posible la disposición de las figuras antiguas.
Constelaciones Zodiacales
La eclíptica es el círculo máximo definido por la trayectoria aparente anual del Sol en la esfera celeste debido al movimiento de la Tierra alrededor del Sol. En una banda de 18 grados de ancho centrada en la eclíptica están las llamadas constelaciones zodiacales. Su descripción es de la época de los babilonios trece siglos antes de nuestra era. El nombre se deriva de la palabra zodiaco, por el hecho de que la mayoría de esas constelaciones representan animales.
El grupo está constituido por: Aries o el Carnero, Toro, Gemelos, Cangrejo, León, Virgen, Balanza, Escorpión, Sagitario, Capricornio, Acuario y los Peces. A las anteriores se les puede agregar en la actualidad la constelación de Ofiuco, pues el Sol transita por su porción Sur entre el 29 de noviembre y el 17 de diciembre.
Diferencias entre constelaciones y signos zodiacales
Es importante distinguir entre las constelaciones zodiacales y los denominados signos zodiacales, utilizados como basamento de la falsa ciencia de la Astrología. Como aclaración, se debe tener en cuenta que la Astronomía moderna no tiene relación alguna con la astrología.
Los signos zodiacales consisten en una división de la banda zodiacal en 12 partes o arcos iguales de 30 grados de extensión cada uno. Estos se designan con el nombre de la constelación con la que aproximadamente coincidían cuando fueron definidos hace más de dos mil años. Como resultado del movimiento de la Tierra, denominado precesión y el corrimiento en la posición de las constelaciones a que da lugar, actualmente ya no concuerdan en fecha la posición del Sol en las constelaciones con su signo zodiacal.
Así, por ejemplo, el Sol a fines de marzo se ubica no en Aries, sino delante de la constelación de los Peces, y hacia el año 2600 en igual fecha se hallará en la dirección de Acuario.
Posición relativa entre las estrellas de una constelación
Las estrellas que forman una constelación no tienen relación física entre sí. Por lo general se hallan muy distantes unas de otras y su proximidad en la esfera celeste es sólo aparente. Al cabo de varias decenas de miles de años y como resultado del movimiento propio de las estrellas, las figuras actuales de esas constelaciones se habrán deformado.
Es por lo tanto ingenuo y carente de base científica, atribuirle a la posición del Sol, la Luna y los planetas delante de una constelación, alguna influencia en los acontecimientos humanos.
Utilidad práctica de las constelaciones
La utilidad de las constelaciones consiste en que facilitan a los astrónomos la localización rápida de un objeto celeste. Los catálogos estelares son mapas en los que se representan las posiciones de las estrellas, nebulosas y otros objetos celestes de acuerdo con sus coordenadas ecuatoriales y para un instante dado que se conoce como la época del catálogo. En esos catálogos las estrellas se identifican según su brillo por las letras del alfabeto griego, tomando µ (alfa) para la estrella más luminosa.
Al agotarse la lista se utilizan números consecutivos o combinaciones de números relacionados con sus coordenadas. El catálogo más antiguo conocidos fue creado por Hiparco en el año 134 a.n.e. Otros famosos en su época fueron las tablas Alfonsinas en el siglo XIII, los de Tycho Brahe a fines del siglo XVI y de Bayer en 1603.
Entre los catálogos modernos más conocidos están los del Smithsonian Astrophysical Observatory (FK4 y FK5). En fechas más recientes tenemos también el confeccionado con las observaciones del vehículo espacial Hipparcos y el que se preparó para el telescopio espacial Hubble. En esos catálogos, además de las posiciones de las estrellas se incluyen también sus movimientos propios, la magnitud y otros datos importantes.