PLANETAS EXTERIORES DEL SISTEMA SOLAR

Los planetas exteriores del Sistema Solar son aquellos que están más allá del cinturón de asteroides.Por su volumen y composición son llamados gigantes gaseosos.

Planetas exteriores del sistema solar.

El sistema solar es un sistema planetario, donde los mayores cuerpos del mismo (planetas) giran alrededor de una única estrella: El Sol. Como se mencionó anteriormente, al ser un sistema planetario los objetos más importantes del mismo son los planetas que lo conforman y por supuesto el sol. Los planetas tienen suficiente masa para que su gravedad supere las fuerzas del cuerpo rígido, de manera que asuman una forma en equilibrio hidrostático prácticamente esférica.

En el Sistema Solar, los planetas están separados en dos grupos fundamentales: los planetas interiores y los exteriores. Los planetas exteriores son conocidos como gigantes gaseosos. Esto se debe a que la mayor parte de estos planetas está compuesto de helio e hidrógeno y son los de mayor tamaño en el sistema solar.

La línea que actúa como frontera entre los planetas interiores y exteriores recibe el nombre de cinturón de asteroides. Este es un anillo constituido en su mayoría por asteroides, como bien su nombre lo dice, y otros cuerpos celestes menores como los meteoritos.

En el siguiente artículo te explicamos cuáles son los planetas externos del sistema solar, así como sus principales características.


Júpiter, el primero de los planetas exteriores

Júpiter es el planeta más grande del sistema solar. Este se destaca por su enorme masa 2 ½ veces mayor que la de todos los demás juntos, 318 veces la masa terrestre y casi una milésima la masa del Sol. Las fotos tomadas desde unos pocos cientos de miles de km de distancia, muestran una complicada estructura nubosa en constante agitación. También se observan celdas convectivas brillantes, enormes remolinos, chorros y corrientes turbulentas, conformando un panorama caótico, aunque con cierta tendencia a disponerse en bandas horizontales a causa de la rápida rotación del planeta.

Atmósfera de Júpiter

Las formaciones nubosas observadas pueden estar constituidas por cristales de amoníaco congelado (NH3) y sus compuestos, a una temperatura de -130° C. Además, por gotas de agua y cristales de hielo en sus niveles bajos donde la temperatura aumenta por acción del efecto invernadero y el calor interno del planeta.

Algunos detalles persisten durante largo tiempo. El más importante de todos, la llamada mancha roja, se viene observando sistemáticamente desde 1878 aunque existen referencias anteriores que datan de 1831 e incluso desde 1684. Se trata de un enorme óvalo de unos 40 x 10 mil km cuya coloración ha variado en el tiempo desde el rojo fuerte hasta tonalidades más claras. Las fotos muestran que se trata de un gigantesco remolino formado por corrientes de nubes moviéndose en sentido contra horario. Este movimiento, por estar en el hemisferio Sur, corresponde a una rotación anticiclónica.

Satélites de Júpiter

La investigación espacial nos ha permitido observar de cerca las características físicas de algunos de sus satélites. Los 4 mayores de ellos, observados por Galileo en 1610 , son los denominados Io, Europa, Ganímedes y Calixto.

Europa el más pequeño de los galileanos, muestra una superficie semejante a Marte, con fallas o grietas de más de 1000 km de largo. Aproximadamente la mitad de su masa parece ser de hielo.

Ganímedes presenta una superficie que guarda similitud con la de la Luna, pero su menor densidad indica que los hielos intervienen mucho en su composición. En su superficie se distinguen cráteres con estructuras radiales semejantes a los lunares.

Calixto posee una superficie más oscura que los anteriores, está virtualmente saturado de cráteres, aunque ninguno es mucho mayor de 100 km de diámetro. Su composición también parece ser una mezcla de hielo y rocas.

El satélite Io está sujeto a fuertes fuerzas de marea, que han sincronizado su rotación con su traslación alrededor de Júpiter, y presenta siempre el mismo lado a Júpiter. A estas mismas fuerzas de marea se le atribuye la gran actividad interna de este cuerpo, la más intensa hallada hasta ahora en el Sistema Solar. En Io, existen volcanes activos y su superficie, relativamente joven, no muestra huellas de impactos meteóricos, probablemente borradas por la gran cantidad de material lanzado constantemente por los volcanes. En 1979, fue descubierto por fotos enviadas desde la nave espacial Voyager I, un sistema de anillos alrededor de Júpiter.


Saturno, segundo de los planetas exteriores

Saturno se parece a Júpiter en muchas de sus características, pero su masa es poco más de 3 veces menor, e igual a 95 veces la masa terrestre. Su densidad es muy pequeña, sólo 0,7 g/cm3, por lo que una porción de ella flotaría en nuestros océanos.

Anillos de Saturno

Los famosos anillos de Saturno están constituidos por fragmentos de hielo o rocas cubiertas de hielo con tamaños comprendidos entre centímetros y unos pocos metros. En 1849 el astrónomo francés S. A. Roche demostró que existe una distancia crítica, por debajo de la cual cualquier cuerpo de tamaño considerable que orbite a un planeta, se fragmenta en pedazos a causa de tensiones internas producidas por la fuerza de marea. Para un satélite de densidad similar a la del planeta el límite de Roche es igual a 2,44 radios del principal.

Los anillos de Saturno se encuentran comprendidos dentro de ese límite, pues el más alejado dista 140 600 km del planeta, lo que equivale a 2,3 radios de Saturno.

Titan, principal satélite de Saturno

Titán, el satélite mayor de Saturno es posiblemente el más interesante del Sistema Solar, aparte de la Luna. Se ha confirmado la presencia en Titán de una capa atmosférica más densa que lo previsto, compuesto aparentemente por nitrógeno, en un 99 % y metano en 1 %. La presión de esta atmósfera en la superficie teórica del satélite es de 1,5 a 2 veces la terrestre, y la temperatura -215°C. Este último valor corresponde a una altura de 50 km, donde se halla la más gruesa capa da nubes de nitrógeno condensado. Este satélite fue objeto de una investigación directa por la nave espacial Cassini.


Urano, tercero de los planetas exteriores del sistema solar

 Lo más notable de Urano es su rotación en sentido retrógrado, alrededor de un eje inclinado 82 grados con respecto al plano de la órbita. Algunos astrónomos han formulado la hipótesis de que esta situación pudo haber sido originada por un choque, que inclinó el eje de rotación del planeta más allá de 90°, invirtiendo de este modo el sentido de la rotación.

El 10 de marzo de 1977, al observarse una ocultación por Urano de la estrella SAO 158,687 se descubrió que el planeta está rodeado por un sistema de anillos. Estos se extienden a una altura desde unos 15,000 a unos 23,000 km sobre su superficie. La nave espacial Voyager II observó 10 anillos, el mayor de los cuales tiene un ancho de sólo 100 km.

Características físicas de Urano

Urano es el tercer planeta más grande y el cuarto más masivo del sistema solar. Su masa corresponde a 14,5 masas de la tierra. Su composición se presupone sea por distintos tipos de hielos, como agua, metano y amoniaco. De manera general, se supone que Urano está formado por un núcleo rocoso pequeño, un manto de hielo y una atmósfera de helio e hidrógeno. Cabe aclarar que el hielo del manto no es hielo convencional, sino una especie de fluido caliente constituido por agua, amoníaco y otros volátiles.


Neptuno, cuarto de los planetas exteriores

 Las características físicas de Neptuno se asemejan a la de los otros planetas gigantes. Por medios espectroscópicos se ha determinado que están presentes en su atmósfera el hidrógeno y el metano. También, desde la Voyager II se le descubrió un débil sistema de anillos.

Satélites de Neptuno

Los dos satélites mayores de Neptuno son Tritón y Nereida. El primero se caracteriza por su diámetro de 4 000 km, su movimiento retrógrado y la posibilidad de que tenga atmósfera. Nereida posee una órbita muy excéntrica, con un apoastro de casi 10 millones de km, por esta razón muchos consideran que es un asteroide capturado.


Plutón, planeta enano

Durante mucho tiempo Plutón fue considerado como el noveno planeta del sistema solar y el quinto de los planetas exteriores. En el año 2006 la Unión Astronómica Internacional redefinió el concepto planeta. Esto provocó la eliminación de Plutón de la lista de planetas del sistema solar y pasando a considerarse como planeta enano o planetoide. No obstante, hacemos una mención especial a este cuerpo celeste que por mucho tiempo completó la lista de planetas exteriores del sistema solar.

Descubierto en 1930 por el astrónomo Clyde Tombaugh y reconocido durante varias décadas como el noveno planeta. Algunas de las características de Plutón son semejantes a la de los planetas interiores, por ejemplo, su tamaño, su masa, y tener un solo satélite, Caronte, descubierto en 1978.

Este satélite da una vuelta a Plutón en un período de 6,39 días, lapso igual al período de rotación del planeta. Por ende, estamos ante un caso de movimiento sincrónico como ocurre con la Luna y otros satélites. Parte de la órbita de Plutón es interior a la de Neptuno, pero como entre ambas existe una gran inclinación, no hay posibilidad de choque.

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