El argón pertenece al grupo de gases nobles el cual fue descubierto debido a pequeñas discrepancias en los resultados de dos mediciones.
En 1892 el científico británico John William Strutt, más conocido como Lord Rayleigh. Investigó las propiedades ópticas y químicas de la atmósfera; con el objetivo de medir la masa de un litro de nitrógeno con precisión que nadie podía lograr. Para ese tiempo los resultados de estas mediciones parecían paradójicos. La masa de 1 litro de nitrógeno obtenida al extraer del aire todas las demás sustancias conocidas entonces (como el oxígeno); y la masa de 1 litro de nitrógeno obtenida a través de una reacción química eran diferentes. Resultó que el nitrógeno del aire es un 0,5% más pesado que el nitrógeno producido por medios químicos.
Descubrimiento del Gas Argón
Esta discrepancia atormentaba a Strutt. Convencido de que no se habían cometido errores en el experimento; Lord Rayleigh publicó una carta en la revista Nature preguntando si alguien podía explicar la razón de las discrepancias. El químico William Ramsay, que trabajaba en el University College de Londres en ese momento, respondió a la carta de Rayleigh. Ramsay sugirió que podría haber la presencia de un gas no descubierto en la atmósfera, y sugirió usar el último equipo para aislar este gas. En el experimento, el aire enriquecido con oxígeno mezclado con agua fue expuesto a la descarga eléctrica; causando que el nitrógeno atmosférico se conectara al oxígeno y disolviendo los óxidos de nitrógeno resultantes en el agua.
Al final del experimento, después de que todo el nitrógeno y el oxígeno del aire ya se habían agotado; todavía había una pequeña burbuja de gas en el recipiente. Cuando una chispa eléctrica pasó a través de este gas y la espectroscopia fue sometida a ella, los científicos vieron líneas espectrales previamente desconocidas. Esto significaba que se descubrió un nuevo elemento. Rayleigh y Ramsay publicaron sus resultados en 1894, llamando al nuevo argón de gas, del griego perezoso o indiferente. Y en 1904, ambos ganaron el Premio Nobel por esta obra. Sin embargo, no se dividió entre científicos, como es costumbre en nuestro tiempo; y cada uno recibió un premio en su campo, Raleigh en física, y Ramsay en química.
Incluso hubo una especie de conflicto. En ese momento, muchos científicos creían que poseían áreas separadas de investigación; y no estaba del todo claro si Rayleigh había dado permiso para trabajar en el problema a Ramsay. Afortunadamente, ambos científicos fueron lo suficientemente sabios como para darse cuenta de los beneficios de trabajar juntos; y al publicar sus resultados juntos, descartaron la posibilidad de una lucha desagradable por la supremacía.