Matemáticas detrás de la criptografía: de los códigos César a RSA

¿Alguna vez te has preguntado cómo es posible que tus correos electrónicos y transacciones en línea se mantengan seguros? Si es así, estás buscando la respuesta a los secretos de la criptografía. Pero no te preocupes, no estamos hablando de extrañas sectas esotéricas ni de lenguas muertas: la criptografía es una rama de las matemáticas dedicada a proteger nuestras comunicaciones. Vamos a desentrañar los misterios de esta ciencia, desde los códigos César hasta el RSA. ¿Listo para comenzar?

¿Qué es la criptografía?

La criptografía es el arte de escribir y descifrar códigos secretos. Desde los tiempos más remotos, los seres humanos hemos necesitado transmitir mensajes de manera segura, y para eso recurrimos a la encriptación. Las matemáticas desempeñan un papel clave en este proceso.

Códigos César

Como todos los grandes viajes, comenzamos con un primer paso. En el caso de la criptografía, ese primer paso se llama código César. Este es uno de los métodos de encriptación más antiguos. Fue utilizado por Julio César para comunicarse con sus generales, de ahí su nombre. Es un cifrado por sustitución, lo que significa que cada letra del mensaje se reemplaza por otra situada un número determinado de posiciones más adelante o más atrás en el alfabeto.

Por ejemplo, si decidiéramos desplazar todas las letras tres posiciones hacia adelante, entonces la palabra «CASA» se convertiría en «FDVD». Simple, ¿verdad? Pero la verdadera pregunta es: ¿Cómo se puede descifrar este código? Aquí es donde las matemáticas entran en acción.

De lo simple a lo complejo: del código César al RSA

Aunque el código César es bastante sencillo, permitió el inicio de la criptografía. Con el tiempo, los métodos de encriptación se volvieron más sofisticados, especialmente con la llegada de las computadoras.

Esto nos lleva al método RSA, que toma su nombre de las iniciales de sus creadores: Rivest, Shamir y Adleman. Se basa en algo llamado factores primos, un concepto muy importante en matemáticas. Para comprender cómo funciona, necesitamos entender los números primos.

Un número primo es un número que solo tiene dos factores: él mismo y el uno. Por ejemplo, los primeros números primos son 2, 3, 5, 7, 11… La descomposición de un número en factores primos es única. Por ejemplo, el número 12 se puede descomponer en 2, 2 y 3.

Pero, ¿cómo se usa esto en la criptografía? Bien, permíteme ilustrártelo.

Cifrado RSA

El RSA es un sistema de criptografía de clave pública. Esto significa que hay dos claves: una para encriptar los mensajes y otra para desencriptarlos. Estas claves son dos números grandes que se elijen de tal manera que, aunque se conozca la clave pública (la que se utiliza para encriptar), es prácticamente imposible (o al menos, muy difícil) derivar la clave privada (la utilizada para desencriptar los mensajes). Para ello, se utilizan los números primos.

A continuación se explica cómo se hace esto en la práctica:

  1. Selección de números primos: se elige dos números primos grandes, p y q, de manera aleatoria. Estos números se mantienen en secreto.
  2. Generación de claves públicas y privadas: se multiplican p y q para obtener un tercer número, n. Este número forma parte de la clave pública. Entonces, se genera otro número, e, tal que el mcd(e,(p-1)(q-1))=1. Finalmente, se obtiene un número d tal que (d*e) mod (p-1)(q-1)=1. Los números e y n son la clave pública, y d es la clave privada.
  3. Encriptación: se toma el mensaje, se transforma a un número m (de modo que 0<=m<n) y se encripta utilizando la fórmula c=(m^e) mod n, donde c es el mensaje encriptado.
  4. Desencriptación: se desencripta el mensaje mediante la fórmula m=(c^d) mod n, recuperando así el mensaje original.

Conclusión

Las matemáticas son una herramienta poderosa para mantener segura nuestra información en el mundo digital. El sistema RSA, basado en los principios de la aritmética y la teoría de números, es solo un ejemplo de cómo las matemáticas pueden utilizarse para garantizar la seguridad de nuestros datos.

Si miramos a nuestro alrededor, veremos que la criptografía está en todas partes, desde nuestros correos electrónicos hasta las transacciones con tarjeta de crédito. Y aunque las matemáticas detrás de ello puedan parecer complicadas, todo se reduce a conceptos tan simples como los números primos.

¿Fascinante, no crees? La criptografía y el fascinante mundo de las matemáticas nos permiten mantener segura nuestra información e interactuar con confianza en este mundo hiperconectado. Y pensar que todo comenzó con algo tan simple como el código César…, realmente, las matemáticas son el lenguaje del universo.

¡Hasta la próxima aventura matemática!

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